La pasión se acerca al río. Empieza la Semana y la ciudad cofrade se acerca a las orillas de ese Tormes que la abraza. El perdón se busca entre casas de ladrillos recién cocidos y jardines que huelen a ribera. Los nazarenos recorren su barrio y las gentes bajan a su encuentro.


Se fué el decrépito penal pero el perdón sigue anclado a estas calles. Se marcharon los alambres de espino pero los nazarenos mantienen la ilusión de un primer día. Y las calles, estas calles de perdón, calles de nombres apenas recordados, se engalanan discretas para dejarse ver. Se animan sabiendo que habrá gentes nuevas. Presumidas, se rocían de incienso para agradar en la cita. Orgullosas, se saben parte de la Pasión.
2 comentarios:
Calles para redescubrir cada tarde de Domingo de Ramos, para recorrerlas como si fuera uno del barrio sin serlo, porque esa tarde todos lo somos, en la confianza de su Perdón.
Y lucimos nuestras galas de Ramos como si estuviéramos en la calle Toro, Lucano. Nos sentimos del barrio y el barrio se siente cofrade.
Cordialmente,
Félix
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