



¡Huevos y miel! ¡Huevos gordos a uno ochenta! vocea la anciana mujer intentando convencer a quienes pasan de que lo suyo es de lo mejor, frescos y gordos. Sobre todo gordos. Su voz suena cansada y nadie para a escucharla.
O camarones. Los más frescos y saltarines camarones recién sacados de entre las finas arenas de la desembocadura, o de la bahía que eso da igual, pero camarones al fin y al cabo, removidos para mostrar su viveza y dejados descansar al tiempo que la mujer, cansada de una noche de poco sueño y calores permanentes, deja vencer su cabeza hacia el pecho, cierra los ojos y olvida por un instante que está vendiendo camarones para irse tan lejos como el momento le deje mientras un niño mira.

Mezcla de olores infinitos y colores exhuberantes. Gentes que van y vienen. ¡Choco, choco! ¡Choco fresco recién cortado! ¡A la fina gamba! ¡Coquinas, coquinas! Y las gentes van y vienen sin saber que estoy mirando. La mujer asienta su carro y el frutero mira a la cámara. ¡Me veo sorprendido!
Así, gasto la mañana dejando pasar las horas como si fueran minutos.
Y siempre, permanente entre las gentes, el mendigo. Hombre educado que ofrece pañuelos por una voluntad. Se me viene: -¿Una moneda para comer algo?-
Rebusco en el bolsillo y saco un par de monedas. De repente, sin más, el hombre mira mi cámara y exclama: -¡Una D70! Yo tenía una D60 pero hace unos días tres hombres me dieron una paliza y me la quitaron. Hacía fotos a la gente y me ganaba la vida. Bueno, adiós.-
-¡Adiós!-, le digo mientras me da la espalda para seguir con su tarea.
De repente se gira, vuelve a mirar la cámara y me pregunta: -¿De cuántos megapíxeles es?-
-De seis-, le digo, y veo una mueca de decepción en su rostro.
-¡¿Cómo?! ¡Si la mía tenía ocho y era una D60!-
-Es que esta es ya vieja, pero hace buenas fotos- le dije, no sé si como explicación o como disculpa, mientras él me daba la espalda poco convencido.
2 comentarios:
Oleeeeeeeeee, mira que es como si estuviera yo ahí eh!!
Gracias por compartir tus vacaciones...
Ya me encargo yo de tomarme las cruzcampos por vosotros. Por lo menos hasta el domingo ¿eh?
Cordialmente,
Félix
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