¡Nunca confiaré en los tintes!
Lo único que consiguen es engañarme mientras los demás siguen viendo mi interior.


lunes, 7 de enero de 2008

Vuelta


Pasaron los Reyes y, como siempre, cumplieron su cometido. Seguramente porque es lo que esperamos de ellos. Así, da gusto. ¡Esto es trabajar!

Pero, hoy, el día después, pongo los pies sobre la tierra. Aterrizo y vuelvo a la más cruda de las realidades. Se acabó la magia. Terminaron estos días de ilusión. Y volvemos a estar donde lo dejamos. Porque todo tiene que continuar.

Hoy, el día después, no he dejado de recordar el chiste ese en el que el director de la escuela remolonea en la cama y se niega a ir a trabajar. ¿Por qué será? Asociación de ideas... ¡Yo tampoco quiero ir mañana al trabajo, aunque sea el director.

Tampoco es que haya hecho mucho por animarme este lunes extrañamante festivo. Porque hoy no ha sido un día de fiesta aun siendo festivo. Jornada rara, insulsa, como esos días de reflexión que anteceden a la votación en elecciones. Sí. Algo así. No hacer nada pero no dejar de pensar en lo que nos espera tras la noche.

Mañana comienza verdaderamente el año para mí. Ese año laboral y laborable en el que debo cumplir. Pues, ¡que así sea! Intentaré, haciendo corazón del resto de mis vísceras, maquillar mi gesto con la máscara de diario y... al tajo. Sin que se note que no quiero ir. ¡Aunque sea el director!

5 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Espero que la incorporación no haya sido demasiado dura. Yo también he tenido un día perezoso que voy sobrellevando en este día perezoso de por sí, tan gris, tan queriendo hacerse agua.

Un abrazo.

p.d. Acabo de descubrir esta cana en el alma. ¡¡Esto se avisa!! Te enlazo en la fábrica, que sigue siendo también tuya.

Alberto dijo...

Yo también acabo de descubrir esta cana en el alma. ¿Seguirás con la bitácora o ahora te visitamos aquí?

Un fuerte abrazo.

Alberto dijo...

Muy bien, llevo un día largo. Ya sé que te visitamos aquí. Debería leer antes que preguntar. Pues paso a incluirlo en el blog.

Un abrazo.

Félix dijo...

¡¡Jo!! ¡¡Sorprendido me hallo!! Cuánto bueno por aquí.
Aunque, por otra parte, quién, sino los amigos, entraría a mi recién comenzada andadura blogística. Porque, sé que, en cuanto se han enterado, se han pasado por este ensayo de blog (pues no es otra cosa) que pretenderá ser reflejo de mí mismo, sin más, aunque a veces recuerde a quien me introdujo en este mundo y a quien tanto debo. Pero no. Él estaba encorsetado en su Semana Santa y, aunque hubo quien le sugirió que tocase otros temas, se vió incapaz de hacerlo. Ni en sus últimos momentos. Yo, sin querer ser más que él, pretendo dar una visión de mi día a día. Sin más. Sin la poesía de la que carezco y con la dureza (unos días más que otros) que me da la autoridad de ver las cosas desde un mundo con canas (o eso creo). Seré viejo, pero no quiero llegar a diablo a costa de saber más. Intentaré aprender humildemente de todos vosotros para mejorar poco a poco mis entradas y, si aceptais mi compañía, me incorporaré como uno más a vuestros propios días, fábricas, faroles... o lo que haga falta. Yo ya contaba con vosotros, pero me he dado cuenta de que era una de mis peticiones a los Magos de oriente y que me la acaban de dejar en el porche de casa, silenciosamente, mientras devolvía al trastero los adornos navideños(y con ellos muchas sensaciones).
Cordialmente,
Félix

Alberto dijo...

Pues nada, seguimos tejiendo esa red de blogs que cada vez sentimos más cerca y más real.

Un abrazo.