¡Nunca confiaré en los tintes!
Lo único que consiguen es engañarme mientras los demás siguen viendo mi interior.


viernes, 18 de enero de 2008

Mirada al Barroco


No creo que deba perdermela. Aunque, al final, como pasa casi siempre, por unas cosas o por otras, lo olvidaré y me arrepentiré cuando ya no quede más remedio. ¡Siempre las mismas piedras para tropezar! ¡Hay que ver!
El más genial maestro del barroco castellano, imaginero insigne y único, acaba de reunir en una exposición única treinta y cuatro de sus obras. ¡Treinta y cuatro imágenes! Es algo que seguramente no se volverá a repetir... o sí, pero seguramente no para mí, no para nosotros, en nuestro paso efímero por aquí. Porque su obra es eterna, pero nosotros, pobres mortales, pasaremos rápido y sin dejar huella.
Gallego de "nacencia" y castellano de "pacencia", estoy seguro de que muchas de las expresiones de sus cristos, de las arrugas de sus telas, de las yacentes posturas naturalmente forzadas, son recuerdos de la profunda infancia, de esas verdes tierras que alcanzan el fin del orbe, de oscuros lares con meigas lanzando conjuros heréticos para atemorizar a viejos y chiquillos, de cruceros y parroquias, creyente y misteriosa. Y vino a plasmarlo aquí (o allí, porque nunca sé muy bien cuál es mi sitio), en recias formas y sencillas composiciones, entre secos campos de cereal, adustos campesinos rústicos como jumentos, áridos caminos bordeados a trechos por deformes olmos y, además, junto a los oropeles de la Corte (que algo tendrían que ver).
No sé, ni alcanzaré a saberlo jamás, si su alumbramiento era cercano a la corriente mística y secreta de la época o simplemente el reflejo de toda un vida de observación, de cristiana observación. Pero, lo que es cierto es que de su gubia salió lo que siglos después vino a llamarse expresionismo (¡qué rostros, dios mío!) y que nunca se sintió perseguido por la justicia de la espada y el olivo. Aunque podría haberlo sido, como le ocurrió al otro barroco por excelencia, al "dios de la madera", a quien no dejó un año de ver pasar por la plaza del Salvador a su Nazareno, el de la "Pasión", fiel cumplidor de la norma ortodoxa hasta el día de su muerte, pero siempre vigilado por su alumbramiento, por ser de los "de la Granada" ( ¿o serían otras las causas...? ¡qué mala es la envidia!), llegando, incluso, a dar con sus huesos entre los muros de la cárcel sevillana.
Momento único. Excepcional reunión de tallas. La mejor Semana Santa castellana entre paredes sagradas: las iglesias de la Pasión y de la Vera Cruz. ¿Dónde mejor?
Sólo una duda, ¿estará nuestra Inmaculada? No lo sé, pero algo me dice que no. ¡Lástima!
De todas formas, no creo que deba perdermela. A ver si no me olvido.

9 comentarios:

Lucano dijo...

No debiéramos perdérnosla, no. En cuanto a nuestra Inmaculada, hace un rato estaba en su lugar de siempre, otra Vera Cruz. Así que no estará.

Félix dijo...

No te esperaba "hoy" por aquí, Lucano. Aunque, la verdad es que el día antes yo siempre me marchaba al cine. En cualquier caso, mis mejores deseos.
Lástima por la Inmaculada, pero no todo es posible. Seguro que ni se acordaron de ella, que Valladolid es mucho Valladolid.
Esperemos no perdérnosla.
Cordialmente,
Félix

Lucano dijo...

Muchas gracias, Félix. No iré al cine pero ya me inventaré algo ;-) Además, siempre es el día de mirar al Señor con Gregorio.

Ana Pedrero dijo...

Si en Valladolid no cuentan con la preciosa Inmaculada, mejor para nosotros, que disfrutamos de su barroca sonrisa en la capilla dorada. Aún así, seguro que todos pasamos por Pucela, porque la ocasión bien lo merece.

Un beso.

p.d. Lucano, SUERTE, SUERTE, SUERTE!!. Te llamaré, a ver qué tal. Y ten por seguro que alguna velita arderá en Zamora a los pies de la Sole en tu nombre. :)

p.d.1. Félix, sin mirarme el ombligo. Me quedo a años luz con el precioso rostro de nuestro Yacente zamorano. Que tampoco estará, que salió de manos discípulas. :)

Alberto dijo...

En Valladolid todos tenemos una cita ineludible. De lo mejor de la escultura nacional en dos capilla penitenciales. No, no se perdona no ir.

Un abrazo.

MUCHA SUERTE LUCANO.

Félix dijo...

Por supuesto, y respondo para todos, que será algo magnífico y tenemos de plazo hasta finales de febrero para comprobarlo. Yo espero asistir, si no me surge nada de última hora (cosa harto frecuente). Además, seguro que desde alguna de nuestras casas sale algo organizado.
No, Berrendita, por supuesto que no cambiamos unos por otros, pero... ya quisiera yo. Eso sí, siempre podremos ir a Santa María y contemplar a "vuestro" Yacente, o admirar, aunque de lejos, a la Inmaculada rompiendo los rayos del ventanal. ¿Qué mejor vidriera?
Cordialmente,
Félix

Iacobus dijo...

Desde que me entere de la existencia de esta exposición ya he planeado la salida, será el domingo 27. Lástima que no queden plazas en el coche ya que se vienen también mi mujer y mis cuñados.
Como soy muy pesado viendo exposiciones, tardo mucho y me fijo en todos los detalles, he ideado la forma de que no me agobien en las visitas, yo me quedo contemplando a mi aire la muestra y mientras tanto los demás se quedan en la S.I."Corte Ingles" mirando el "arte de la confección", jejejeje.
Un Saludo

Félix dijo...

Iacobus, pues igual hasta coincidimos. Si es así, me alegrará verte y poder comentar contigo lo que veamos, pues es más animado que hacerlo en solitario (lo digo por tí, que yo iré acompañado).
En cualquier caso, y cambiando de tema, lo del café sigue en pie.
Cordialmente, Félix

Iacobus dijo...

A ver si hay suerte y nos vemos. Lo del café que quede para otro momento que ahora mismo estoy mas "ocupao" que los archivos de la universidad.
Por cierto, yo tambien estaré acompañado pero creo que no aguantarán mi ritmo pausado.
Un saludo.