Acabo de llegar y, con el cansancio aún acumulado en mis piernas (que he andado por el monte), la arena entre los pliegues de la camisa (también anduve en la mar) y la cana renovada por las siempre estimulantes brisas mediterráneas, me encuentro de nuevo con la cruda realidad.
He vuelto renovado y con la mente despejada, pues el trabajo ha sido provechosamente agradable (siempre disfruté de este tipo de contacto con mis alumnos) y los días han pasado rápidamente entre risas y caminatas.
Vuelvo, digo, renovado en cuerpo y espíritu aunque hay ahí un "come-come" que me ronda los adentros y me hace topar de nuevo con este mundo real que, en mi Salamanca, parece más mundo y más real. Han sido unos días sin trabajo pero con el recuerdo de lo pendiente. Han sido unos días sin cofradías pero con la sensación de seguir en penitencia. Han sido unos días sin noticias pero con la información alcanzándome con exacta puntualidad.
Quería volver porque, como ya he dicho en otros regresos, siempre se echa de menos lo que queda en casa y se agradece desde lo más íntimo del alma la acogida en el hogar. Pero en esta ocasión la sensación ha sido diferente. Me he sentido observado en esta intimidad que dejo para vista de todos y algo se ha removido. He tenido la sensación de que no sólo me estaban esperando en casa, sino que, en mi ausencia, también me he hecho presente en otras casas y que, en ellas, también me están esperando. Y algo se ha removido.
Ahora ya estoy aquí. De nuevo. Renovado. Con ilusión y deseo de trabajar. Con la cabeza alta y la moral por las nubes. Con nombre propio y una sonrisa en la cara. Dispuesto para retomar el día a día sin complejos y con las manos limpias.
He vuelto y ahora, con la cana plena de vigor, seguiré como siempre.
8 comentarios:
Yo regreso también con especial ilusión, reconfortado, aunque, como te pasa a ti, pese a escribir desde hace tiempo a la vista de todos, hayan conseguido que nos sintamos observados más que leidos, en una suerte de espionaje absurdo, como si en tu perfil no figuraran tu nombre y tu foto o en el mío no firmase con mi nombre y mis apellidos.
Un abrazo.
Lucano, o sea Tomás González Blázquez.
No es algo que me preocupe, Lucano, pues todos los días tengo un público, espero que expectante, que me observa y me juzga. Como docente, confío en que, en cualquiera de los casos, la lección sirva para ampliar conocimientos.
Cordialmente,
Félix
Bienvenido, bien hallado. Que ganas de probar esas butifarras yo pongo el vino va. Y el sito me da igual el caso es juntarnos que tengo muchas ganas.
Las butifarras están listas, el vino fresco y el sitio se improvisa. Así que... ¡¡a por todas!!
Gracias por tu bienvenida.
Cordialmente,
Félix
Hello, salut, hola.
Simplemente me alegro de tu vuelta a la meseta.
B
Com diria l'honorable Tarradellas: Ja estic aquí!
Gracias, Beatriz, por tu bienvenida y por tu alegría.
Cordialmente,
Félix
Bienvenido de nuevo.
No es que estemos observados, estamos leidos y subrayados.
En fin, lastima, debe ser que no hay cosas mas importantes en el mundo, que los blogs,sus usuarios y los que en el opinan.
Permitidme que siga en el secreto a voces del anonimato.
Un abrazo y feliz primer regreso que seguro que aún quedan las autenticas vacaciones.
Gracias, Iacobus. Ciertamente aún me queda el periodo de descanso veraniego en el que intentaré relajar cuerpo y alma. Estos otros viajes no dejan sino cansancio.
Nunca consideraré que mis palabras, puestas aquí para quien quiera acercarse a mirarlas, tienen más valor que el que yo quiero darles, que es poco. Otra cosa es cómo sean valoradas por quienes se pasan por este diario, bien abriéndolo de para en par para dejar huella o sólo a través de una pequeña rendija, quedándose en el lado oscuro. Y es que el valor de las cosas es subjetivo, dependiente del apreciador. Por eso, a veces me sorprendo, pues creo que hay muchas otras cosas para poner en valor.
Por supuesto que se te permite el mantener tu secreto a voces, pues nunca ha sido problema el anonimato para participar en este blog y creo que seguirá sin serlo, ya que cada uno participa como considera conveniente. Ya lo he dicho en alguna otra ocasión, menos la ofensa gratuita nada será rechazado, pues todo, hasta lo que no se dice, tiene, al menos, una parte provechosa.
Cordialmente,
Félix
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