-Bueno... ¡y ahora de vacaciones! ¿eh? - Me dice mientras me guiña un ojo cómplice.
Todos los años me ocurre igual. Siempre hay alguien, cercano o lejano (que de todo hay), que por estas fechas me viene con este comentario. Y yo, como siempre, disculpando su ignorancia, justifico mi jornada laboral y lamento que esto no sea cierto. Lamento que aún no esté de vacaciones. Lamento que, aun en periodo de vacaciones, muchos días me toque trabajar.
-¡Ah! Pero... Si ahora no hay clases... Si los alumnos están todos disfrutando de sus aprobados o suspensos en quién sabe dónde... Si ya todo se acabó...
-¿¡¡Cómo!!? ¿Es que no hay nada más que hacer?-
Y me acuerdo de todos ellos. De esos que envidian mis vacaciones desde el aire acondicionado de sus despachos, mientras en las llanuras castellanas o en la montaña ibérica, con un sol de justicia clavándome sus garras en el cogote, con la lengua seca y la vista cada vez más cansada, me dedico a "eso otro" que los demás desconocen y que es parte esencial de mi labor profesional.
Y me acuerdo de todos ellos. De esos que gastan sus tardes al borde del pilón por tener jornada reducida, mientras me dejo los ojos en el microscopio de un laboratorio en el que se podrían freír huevos (de codorniz, que tampoco hay que exagerar) sobre cualquiera de sus mesas.
Y me acuerdo de todos ellos. De esos que gastan su mañana en la atenta lectura de la prensa local, pues en esta época son pocos los papeles que hay que mover, mientras emborrono folios y folios preparando la bienvenida académica (otros lo llaman actualizar temarios) para mis compañeros estudiantes del próximo curso, descerrajándoles tiros idiomáticos a mis escasas neuronas con la lectura de voluminosos manuales escritos por sesudos investigadores, pues los idiomas nunca se me supusieron como de valor reconocible.
Y me acuerdo de que "pudiendo" estar de vacaciones, mi compromiso laboral me obliga a estar atado a un trabajo del que disfruto, aunque a veces necesite relajar la cana y vender mi alma al diablo. Oler el aire salado de las playas de ese Cái que me tiene atrapada el alma, dejando que ésta vague por lecturas sin trascendencia mientras no doy tiempo a que se caliente una cerveza. Oír el canto de la chicharra sin que éste me recuerde que el despertador sonará cuando despunte el alba. Abandonarme a las mías y dejar que la laxitud de los momentos sea acicate para recuperar lo que perdí durante el resto del año.
Ahora, mientras tengo la mente puesta en los ácidos nucléicos y en esas pequeñas bestias que me permiten saber algo más del pasado y del futuro, veo claramente que necesito unas vacaciones. Pero, a pesar de lo que piensen los demás, cercanos y lejanos (que de todo hay), todavía las veo en lontananza y me tengo que conformar con distracciones puntuales.
-¡Félix! ¿Tienes preparados ya esos análisis?- Acaban de decirme abriendo la puerta del despacho, haciendo que una fuerte corriente de aire, que viene de la única ventana que puedo abrir, se lleve los sueños.
¡Necesito vacaciones!
11 comentarios:
Ya sabes compañero que muchos de los cercanos o lejanos, que simepre los hay, no valoran nunca tu trabajo. El vaguete pensara que te tocas el nuflo con los pies apoyados en la mesa, y el trabajador pensara lo complicado que sera recoger, clasificar, estudiar unos simples bichos que matas de un manotazo. Comeduras de cabeza antes de dormir ante una reunion del dia siguiente ....
Va si los profes vivis como unos autenticos señoritos.
Aguanta que las tienes ahiiiii.
Ya sabes Félix, eso mismo me dicen a mí los martes cuando me ven paseando del brazo de Jose. Cómo vives, ¿eh?.
Mal de unos consuelo de muchos tontos.
B
Beatriz y Jose, que conste que vosotros no estáis en el grupo de insidiosos, que siempre los hay, o ignorantes, sin más, que piensan que tengo las vacaciones del maestro. Ojalá, y el sueldo de un ministro y el trabajo de un marqués. Pero no, desgraciadamente, lo sabéis, sigo cumpliendo mi horario como si estuviéramos en pleno enero. Eso sí, Jose, vivir, vivir.... como el mejor de los señoritos. En eso aciertas de pleno.
¿Los martes dices?, Beatriz. ¡En qué mes estamos! Descanso de fin de semana. Cada vez pareces más paya. ¡Qué bien vivimos los ricos! ¿Eh?
Cordialmente,
Félix
Por cierto me ha encantado ver una caricatura del capitán pescanova con cazamariposas. Hay que ver como cuidas los detalles.
Las había mejores, Beatriz, pero cierto pudor me impidió mostrarlas aquí. Algún día, cuando desaparezca esa sensación, quizá me atreva a hacer con ellas un reportaje y le dedique un comentario.
Cordialmente,
Félix
Yo también las necesito, y me separan diez horitas del glorioso momento en que me sean concedidas. Diez horitas de guardia. ¡Hasta pronto!
Disfrútalas, Lucano, para que luego puedan quitarte lo "bailao".
Cordialmente,
Félix
Si es que los profes vivis muy bien y os quejais de vicio, jejejeje.
Lucano, va y se pilla vacaciones, otro que vive como un marques sin pegar ni chapa.
Jose, aqui los únicos que curramos parece ser que somos tu, Beatriz y yo. Vamos que nosotros solos levantamos el pais.
Saludos a todos.
Cierto es, Iacobus, que si fuese por la cantidad de veces que en los últimos días me han insinuado, más o menos irónicamente, que estoy de vacaciones, debería estar varios meses sin aparecer por el despacho. Pero como el que manda es el que dice, sin ironía, que mis vacaciones comienzan el uno de agosto, me queda un mes de madrugar y pasar calor.
Aun así, debo reconocer que ir, lo que se dice ir, voy; pero trabajar... para eso ya estáis vosotros! :)))
Cordialmente,
Félix
y un ventiladorcito, aunque sea pequeño, para que los huevos de codorniz, en lugar de freirse, se pochen poco a poco????
disfruta de tus no vacaciones, y también de tus vacaciones, cuando lleguen, que no será ya muy tarde....
Tengo el ventiladorcito, Marisol, pero la mayor parte de las veces no hace nada y el resto lo tengo que apagar porque se me vuelan los bichos. Así que dejaré que los huevos sigan su proceso de incubación y, mientras, disfrutaré de estas vacaciones ficticias.
Muchas gracias.
Cordialmente,
Félix
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