¡Nunca confiaré en los tintes!
Lo único que consiguen es engañarme mientras los demás siguen viendo mi interior.


martes, 19 de febrero de 2008

Entender la libertad

La desgana de estos días no es ociosa, sino resultado de una mayor ocupación, atenta a otros asuntos, que me ha llevado a descuidar, de algún modo, este diario.

No obstante, entro apremiado en un relajo de actividades, para dejar constancia aunque sea sólo con una frase.

Hace ya tantos años que es considerado como parte de la historia, un energúmeno, falto de órganos y sobrado de "hombría", lanzó vivas a la muerte y desprecios a la inteligencia en la cuna del saber, en el lar de mi Alma Mater. Y tuvieron que ser sus moradores quienes, representados en la figura del rector, parasen los pies a ese histrión con uniforme y con todo su desprecio, hacer valer el sentido de lo que representa la Universidad.

Ahora, y van ya varios casos (desde Benedicto XVI en La Sapienza a Dolors Nadal en la Pompeu-Fabra), los energúmenos son los que se crían a los pechos de esta fuente de saber y agreden, verbal y físicamente, a quienes no comulgan con sus ¿ideas? Cuervos malcriados que, no sé si con la anuencia de sus progenitores, son capaces de picotear a cualquiera otro que no esté en su restringido círculo. Y nadie, representado en ninguna figura de autoridad, ha sido capaz de acallarlos, darles un cachete en sus juveniles aunque resabiados colodrillos, y llamarlos al orden, haciéndoles ver cómo con su actuación no sólo agreden a esta institución secularmente universalizante, sino que van en contra de la filosofía que dicen defender y atacan al conjunto de la humanidad. Pequeños autócratas que, si les dejamos, nos gobernarán algún día. Desgraciadamente.

¡Cómo se echa de menos una autoridad académica con arrestos!

La cadena aumenta sus eslabones. Acabo de leer que, ahora mismo, mientras yo escribía estas palabras, hacían algo similar con Rosa Díez en la Complutense. ¡Pandilla de hijos de puta!

4 comentarios:

Iacobus dijo...

Pandilla de "demócratas", lamentablemente ellos pasan por la Universidad, pero la Universidad no pasa por ellos.
Esta es la democracia que les enseñan sus "dirigentes", y encima llaman a los agredidos "Fascistas" ¿y ellos que son?.

Cuando no hay argumentos, hay violencia, hay insultos. ¿son estos los póliticos del futuro?
malo malo.

Lucano dijo...

Lo peor es que esto se convierte en la tónica habitual, está dejando de ser noticia y pronto nos acostumbraremos a que la Universidad deje de ser universalizante. Ya no se quiere entender la libertad porque eso de entender...

Ana Pedrero dijo...

Pues sí, Félix. LO has dicho bien, con todas sus letritas: hijos de puta. Poco hay que añadir.

Un abrazo.

Félix dijo...

Veo que los tres compartís mi punto de vista, cosa que me satisface. Pero por otro lado no olvido que, como integrante del sistema, debería implicarme más e intentar localizar dónde está el fallo que nos impide canalizar los impulsos fascistas de estos "universitarios" por cauces racionales y, una vez conocido, intentar que participen de forma admisible y admitida. Pues la Universidad no deja de ser sino la garante de la razón y de la palabra. Aunque con estos "antisistema", la mayoría de ellos de pacotilla, no sé si eso sería posible, pues no creo que alcancen a ese nivel de razonamiento.
Cordialmente,
Félix