Aún están los posos de la pasión haciendo torbellino antes de asentarse calmos en el fondo de mi alma, cuando anda esta cana mía más revuelta que de costumbre. Será que, una vez descansada tras estos días santos de ajetreo callejero, quiere volver a su rutina de siempre. A esa rutina anárquica en la que aparece y desaparece sin seguir un critero concreto pero siempre pendiente de dejar constancia de lo que le ronda por los adentros. Será.
Lo cierto es que ahora, cuando la vida en la calle ha terminado y todo vuelve a su día a día rutinario, comienzan los análisis, reflexiones, evaluaciones y búsqueda de soluciones. Todos, desde el cofrade más reciente hasta las juntas de gobierno más asentadas, se reunirán en distintos lugares, más o menos oficiales, para hacer crítica de lo acontecido en esta semana que acaba de concluir.
Pero no queda más remedio que volver. Hacerse otra vez a la normalidad y esperar. Esperar a que vuelva a completarse el ciclo para que en un año podamos sentirlo como si nada hubiera pasado. Vida cofrade.
Y esta cana mía volverá a ese sendero del que se escapó, vencida por una pasión, para dejarse ver más de lo que jamás hubiera pensado. Han sido días en los que las calles nazarenas han hecho de esta cana algo más que un simple diario irregular. Se han abierto las puertas de la intimidad y lo que siempre fue para unos pocos, ha habido que repartirlo con otros muchos que se pasaron por aquí. Han sido momentos en los que esta cana que manda sobre mi alma ha llegado incluso a engreírse, aunque todo fuese resultado de la falta de costumbre.
Ahora, cuando las cosas vuelven a su estado, esta cana de mi alma seguirá casi solitaria entre la vorágine de la red. Pero, antes de que se olvide de que hubo unos días en los que se abrieron sus puertas dejando ver sus adentros con la disculpa de pisar la cera de calles cofrades, esta cana agradece las visitas y desea que no hayan sido sólo como paso por andén de estación. Espera haber podido compartir con quienes abrieron estas puertas unos sentimientos, unas locuras y unas sensaciones únicas y mágicas. Gracias por compartirlo. A todos, gracias.
Ahora, si hay quienes quieran seguir... encontrarán un hueco en el mullido fondo en el que se asienta esta cana y serán siempre bienvenidos.
¡Feliz Pascua!
Lo cierto es que ahora, cuando la vida en la calle ha terminado y todo vuelve a su día a día rutinario, comienzan los análisis, reflexiones, evaluaciones y búsqueda de soluciones. Todos, desde el cofrade más reciente hasta las juntas de gobierno más asentadas, se reunirán en distintos lugares, más o menos oficiales, para hacer crítica de lo acontecido en esta semana que acaba de concluir.
Pero no queda más remedio que volver. Hacerse otra vez a la normalidad y esperar. Esperar a que vuelva a completarse el ciclo para que en un año podamos sentirlo como si nada hubiera pasado. Vida cofrade.
Y esta cana mía volverá a ese sendero del que se escapó, vencida por una pasión, para dejarse ver más de lo que jamás hubiera pensado. Han sido días en los que las calles nazarenas han hecho de esta cana algo más que un simple diario irregular. Se han abierto las puertas de la intimidad y lo que siempre fue para unos pocos, ha habido que repartirlo con otros muchos que se pasaron por aquí. Han sido momentos en los que esta cana que manda sobre mi alma ha llegado incluso a engreírse, aunque todo fuese resultado de la falta de costumbre.
Ahora, cuando las cosas vuelven a su estado, esta cana de mi alma seguirá casi solitaria entre la vorágine de la red. Pero, antes de que se olvide de que hubo unos días en los que se abrieron sus puertas dejando ver sus adentros con la disculpa de pisar la cera de calles cofrades, esta cana agradece las visitas y desea que no hayan sido sólo como paso por andén de estación. Espera haber podido compartir con quienes abrieron estas puertas unos sentimientos, unas locuras y unas sensaciones únicas y mágicas. Gracias por compartirlo. A todos, gracias.
Ahora, si hay quienes quieran seguir... encontrarán un hueco en el mullido fondo en el que se asienta esta cana y serán siempre bienvenidos.
¡Feliz Pascua!
4 comentarios:
Feliz Pascua, en el inicio de un nuevo ciclo por las calles de siempre.
Feliz Pascua, Lucano. Nuevo ciclo para seguir en la brecha.
Cordialmente,
Félix
Todo un éxito de tus calles nazarenas, fin de un ciclo que vuelve a empezar desde ya.
No negaras que ha sido una gozada compartir con tantos amigos tus calles nazarenas y tu cana.
Un trabajo así de bien hecho se lo merecía.
Enhorabuena de todo corazón y a por más.
Gracias, Jose.
La verdad es que ha sido gratificante aunque se haya desbordado. Con asiduos como tú es un placer dejar en este diario lo poco que se me va ocurriendo y de lo que tú y quienes como tú pasan por aquí sois protagonistas de primer nivel.
Cordialmente,
Félix
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