Si las elecciones patrias me importan poco, ¿¡qué me importarán las de los Estados Unidos!?
Sin embargo, seguramente porque no paran de bombardearme continuamente con sus "caucuses" y demás zarandajas, me encuentro al cabo de la información y me siento privilegiado. ¡Jo!, ¡como un americano más! Por lo menos como un americano abstinente más.
Resulta que aquellos candidatos se identifican, básicamente (pues los otros son anécdota), o con un partido conservador (los del burro) o con un partido más conservador (los del elefante). En definitiva, y visto desde aquí, prácticamente lo mismo, por lo que no creo que el color político de quien alcance la presidencia de ese pais deba ser algo preocupante. Y ejemplos hemos tenido, ¿no?.
¡No! Es algo más directo, más personal, y lo preocupante son los propios candidatos. Así, en persona, con nombres y apellido. Hombres y mujer a los que podemos poner cara y de los que conocemos antecedentes aunque no consecuencias (para eso siempre será tarde). Y eso es lo interesante.
De los que andan ahora peleándose la candidatura y defendiendo las inversiones que en ellos hicieron quienes en ellos confiaron, de entre todos ellos, hay uno que me ha dejado marcado. No por presentar una imagen diferente a la del resto, pues son tan variopintas como para que no destaque ninguna de ellas, sino por lo que sostiene y que a mí, aquí en la lejanía, me afecta más de lo que él sospecha. Si es que algún día llega a sospechar algo de todo esto.
El pastor bautista Mike Huckabee, encuadrado en las filas republicanas, es un firme defensor del creacionismo, enmascarado en esa nueva filosofía científica que se da en llamar "Diseño Inteligente". Y esto, como hombre de ciencia, me ha llegado profundamente.
Siempre pensé que esto era algo de la América profunda, de esos serranotes con camioneta que dicen "pa" y "ma" cuando quieren llamar a sus progenitores, mientras éstos se balancean en la mecedora de madera con la que todo porche casero cuenta, que llevan un sombrero raido, una pajita entre los dientes y un escopetón entre las manos, en su versión masculina; y gorro de tela estampada con visera y lazo en sotabarba, mandilón con volantes y un permanente olor a pastel de ruibarbo, en la femenina. ¡Ah! y siempre les faltan dientes (¿¿será por el ruibarbo??).
O de esa otra américa profunda anclada en el sur de muchas vidas, de los que visten capirote permanente y ven a sus semejantes como "animales" inferiores, no dándose cuenta de que lo único que tienen es un error de apreciación y que son ellos mismos los auténticos animales. Bestias, dicho con más propiedad.
En cualquier caso, yo pensaba que esto era de ese inframundo que toda sociedad arrastra y que intenta esconder por todos los medios. Esa unión de incultura y marginación que hacen que sus gentes no puedan alcanzar las alturas en sociedad que serían deseables.
Pues, estaba equivocado. Resulta que una persona con formación (quizá en exceso) y cultura, con toda la formación y cultura a que puede aspirar un norteamericano, con intenciones de alcanzar el puesto de presidente de ese pais, a la que se le podrían suponer suficientes luces como para tenerlo claro, se arranca diciendo que no cree en la evolución.
Por supuesto que ni él ni yo somos descendientes de un mono. No creo que haga falta decir que en esto estamos de acuerdo, y que, además, no teniendo yo la suerte de conocer al señor padre de don Mike, sí estoy en condiciones de afirmar que el mío carecía de rasgos simiescos y que, hasta donde yo alcanzo a conocer, no lo presentamos compartido, pues mi padre no sé si llegó a ir hasta Portugal alguna vez, como para haber cruzado el charco.
Es cierto que, aun no compartiendo antecesores comunes en lineas inmediatas (que antes del siglo XVII me pierdo y no sé que pudieron hacer los míos por allí, si es que alguna vez fueron), tengo claro que mi relación con el tal Huckabee es intraespecífica, aunque me duela, y que ambos somos seres humanos. Y seguramente creyentes los dos. Pero nada más.
¿Cómo, a estas alturas, todavía hay quienes, capaces de interpretar al pie de la letra unos escritos bíblicos que deben ser continuamente interpretados, piensan en la permanente ocupación del Creador poniendo y quitando bichos y plantas de este planeta que habitamos? ¿Cómo pueden pensar que estamos aún en el sexto día, pues no dejan de aparecer nuevas especies al tiempo que desaparecen otras? ¿No creen que Dios está para otras cosas?
Entiendo que creyéndonos ver a su imagen y semejanza, sintiéndonos sentados en el vértice de la pirámide, con todos los demás seres vivos a nuestro servicio, podamos pensar que Dios hizo una maravilla con nosotros, culmen de perfección. Pero sé que no es así. Porque el diseño inteligente de mi cuerpo no ha servido para evitar este catarro que me tiene con la nariz enrojecida y en continuo goteo mucoso. Estoy convencido de que Dios no puede ser tan mal diseñador como para haber hecho un mundo "perfecto" tan lleno de errores. Y si no que le pregunten al pobre panda que fue diseñado para comer ramas de bambú, pero se olvidaron de ponerle un pulgar oponible con el que poderlas agarrar.
Y si no, que le pregunten al tal Huckabee por sus errores de diseño, que los tiene. ¡Ah! y según este candidato a presidente, los tornados no son resultado de diseño inteligente. Eso sí es inteligente, ¡eh! Seguro que son obra del diablo.
¿¡Habrá oído algo sobre selección natural!? ¿Sabrá que ni siquiera los americanos pueden fabricar naturaleza?